1. Tranquiliza tu mente. “Quien domina la mente lo domina todo”, decía el añejo personaje de radionovelas e historietas “Kalimán”... y estaba en lo cierto.
Hemos visto que cuando “los nervios nos comen” empezamos a “sabotearnos” y a pensar que nunca vamos a pasar la materia; por eso te invitamos a que le des un giro a tus ideas, a que confíes en ti y a que te digas: “he estudiado, conozco los temas y puedo contestar bien la evaluación”. Claro, ¡el mensaje te servirá de poco si no te preparas!
2. Haz que tu enemigo sea tu amigo. No me refiero a que te vuelvas hippie y le regales flores a quien intentó quitarte a tu novio o novia, sino a que aproveches el estrés como un recordatorio de que debes estudiar y aprovechar el Internet para buscar información de tus materias, en vez de pasar horas bajando archivos de mp3, haciendo migas con la socialité del messenger o subiendo a la red el video de tus amigos bailando chotís en la explanada de la escuela.
La idea es que dejes de lamentarte cuando sientas ansiedad e interpretes esa emoción como una señal de que es momento de bajar el volumen de la grabadora o apagarla, instalarte en un lugar cómodo y bien iluminado, y comenzar a repasar apuntes, leer libros y hacer resúmenes... ¡ya!
3. Prepárate bien. Olvídate del viejo truco de pasar toda la noche devorando apuntes, libros y sitios en la web para aprobar el examen, porque la falta de descanso puede ser contraproducente. Mejor déjame decirte que muchos estudiantes reducen su ansiedad ante los exámenes cuando empiezan a estudiar mejor o con mayor regularidad, pues entre más conocimiento adquieren, su seguridad aumenta.
¡Ah!, y te tenemos una noticia muy seria: expertos en técnicas de estudio sí recomiendan hacer un “acordeón” para presentar un examen... pero no te hagas ilusiones. No se refieren a que elabores un resumen de temas importantes para que lo saques durante la evaluación, sino para que te ayudes a jerarquizar información y a comprender tus clases.
Por eso te aconsejamos que en tu computadora o en unas tarjetas hagas apuntes de todo lo que consideres importante o que pueda venir en el examen, y utilices esa síntesis como material de repaso en vez de pasarte horas tratando de localizar un dato en tus apuntes.
4. Dimensiona tus fallas. No te reproches por tus equivocaciones ni te tortures porque no acabas de comprender un tema cuando estudias; mejor trata de tranquilizarte, haz una pausa para distraerte y luego vuelve sobre los puntos más importantes. Si todavía tienes dudas, puedes pedir ayuda a un compañero, un familiar o incluso a tu profesor.
Y algo más: una vez que sepas el resultado de tu evaluación, tampoco tomes a mal tus respuestas incorrectas; considera que eres un estudiante, que estás en proceso de aprendizaje y que es normal que cualquier ser humano cometa errores.
5. Cuídate y descansa. El manejo de la tensión es más sencillo cuando duermes las horas necesarias, haces ejercicio para eliminar la presión y llevas una dieta balanceada (no es bueno abusar de las golosinas; no te nutren y sólo te van a “quitar los nervios” por un momento), así que no eches estos consejos “en saco roto”.
También te tenemos otro buen consejo, y es que aprendas a relajarte. Una técnica fácil de aprender es la del médico estadounidense Edmund Jacobson (1888-1983), que consiste en tensar y distensar distintos grupos musculares.
Busca un lugar cómodo, en el que no te interrumpan durante 5 ó 10 minutos; siéntate en una silla o acuéstate, y comienza a respirar profundamente con los ojos cerrados, unas cinco veces. Luego, comienza a tensar por 3 ó 4 segundos alguna parte de tu cuerpo, como las piernas, hasta que sientas cierta incomodidad, y en ese momento la relajas para sentir ligereza y frescura. Haz lo mismo con las manos, brazos, tronco, espalda, glúteos, cuello y cara, y acostúmbrate a realizar esta rutina en momentos de tensión mientras estudias.
6. No tengas piedad del examen. Enfréntalo con seguridad, ten confianza en tu preparación y utiliza las siguientes pautas para reforzar tu actitud cuando llegue la fecha decisiva:
- Llega temprano al salón de clase, ya que así podrás elegir un lugar en el que te sientas cómodo.
- Evita encontrarte con gente que pueda hacerte dudar de tu preparación.
- Al recibir el examen, lee las instrucciones un par de veces, revisa el contenido y distribuye tu tiempo de forma eficiente.
- No te preocupes si ves que tus compañeros acaban antes; mantén la concentración, trabaja tranquilo y a tu ritmo.
- ¿Estás demasiado tenso? Respira unas tres veces, muy profundo, y, si lo crees pertinente, practica la técnica de relajación progresiva que te explicamos.
- Empieza con lo más sencillo, ya que así afrontarás con más seguridad las partes complicadas de la prueba y alguna pregunta sorpresa que te hagan.
- Consulta con el profe todas las dudas que te surjan durante la evaluación.
- Mantén tu pensamiento positivo y recuerda que te preparaste bien, de modo que estás familiarizado con los temas.
7. Pide ayuda cuando lo creas necesario. Si a pesar de estos consejos te cuesta mucho trabajo controlar el estrés
Por último, vale la pena recordar que aprender a superar la ansiedad ante los exámenes requiere un poco de tiempo y práctica. No es algo que vaya a desparecer de la noche a la mañana, pero piensa que si aprendes a controlar el estrés en estas circunstancias te será de gran ayuda en otras situaciones de tu vida.
